Cuento

>> miércoles, 12 de septiembre de 2007


Te abrí las manos mientras dormías,
descubrí todo un mundo en ellas,
quise formar parte de él, de tu mundo,
conocerte hasta donde tú quisieras.
Empleé en ello todos mis sentidos,
desde el tacto para tocarte
hasta mis ojos para mirarte,
y hasta el lamerte fue tan rico como el oírte.
Pues tu gusto era el más dulce
por donde jamás pasó mi lengua,
y las palabras que me hablabas
eran las más claras y sinceras.
No podía al querer olerte
mas siempre carecí de olfato,
pero este era tu mundo, otro mundo,
y lo intenté nuevamente.
No eran flores, ni mar, ni brisa,
no eran aromas de campo,
eras fragancia desconocida,
eras un olor, una fantasía.
Tomé tu mano, la apreté fuerte
mientras dormías,
descubrí tu mundo, a ti,
a quien quería,
y quise dormir a tu lado siempre,
de por vida.
Si tu querías,
yo sería tu siervo, tu duende,
Y tú,
tú serías toda mi vida.

1 comentarios amigos:

La Caja de Sorpresas de Carmen 12 de septiembre de 2007, 23:14  

El aroma, el perfume, esa fragancia especial, que aunque no se pueda oler, se puede imaginar.
Biquiños mi amado.

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