El pequeño dios

>> jueves, 27 de diciembre de 2007



La muerte de Marat, de Jacques Louis David


Su infancia fue la más feliz.
A veces pensó que era un pequeño dios.
Nunca moriría… los dioses no mueren
Y eso aún le hacía soñar más con las cosas que verían sus ojos en esta eterna vida.
Pero el príncipe creció.
Le salían las primeras canas y lloró.
Lloraba con la muerte que ahora le rodeaba.
Y pensó: “¿y si yo también muero? ¿ y si no soy un dios?”
Y no lo era. Le dolía el cuerpo.
Y dejó de soñar y pensó en las cosas que se perdería cuando ya no estuviese.
Y es que la muerte existía para él.
Al fin y al cabo también resultó ser mortal.



Copyright © Mario M. Relaño–Todos los derechos reservados

6 comentarios amigos:

Óscar 28 de diciembre de 2007, 10:41  

Gracias por tus palabras Mario, y bonita historia ;-)
Feliz Navidad tio.

Thurksh 28 de diciembre de 2007, 13:19  

Aunque llegue con algo de retraso, Feliz Navidad desde Granada.

La Caja de Sorpresas de Carmen 28 de diciembre de 2007, 18:20  

Y nació a la muerte para vivir...
Felices Fiestas mi amado.
Biquiños cariñosos para tí.

Francisco 28 de diciembre de 2007, 21:45  

En el momento en que la vida se interrumpe, el daño es enorme y la herida irreparable: El hombre se convierte en un cuerpo que contamina.Bonita história.
Un abrazo Mario
Franc.

Exóticopop 5 de enero de 2008, 16:17  

La dolorosa pérdida de la inocencia... Tu también te has dado cuenta... Que bien, ya no estamos solos.

Anónimo 6 de enero de 2008, 18:52  

Dicen que morir es renacer de nuevo. Yo no estoy de acuerdo.
Como el niño de tu relato a todos nos llega la muerte.
Y nadie a vuelto a contarnos que sigue vivo.

Saludos

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