Reflexiones (son tus ojos)

>> lunes, 30 de junio de 2008

Este suntuoso amor que me embriaga, que tanto ambiciono, envidio y en el cual creo… este amor no es la vida. Era lo que yo buscaba; era un paréntesis en mí mismo.
Pero estar próximo a tus ojos, por quien consumía todo, cuya vida me protegía y nutría a consecuencia de tu mirada, esa sí era la alegría verdadera, la más profunda, la única alegría que anhelaba.
Y es que hoy tus ojos se tragaron la maldita distancia, la de las alegrías y tristezas y la de los besos sin sabor, para obsequiarme con tu yo más directo.
Hoy al fin pude descifrar ese lenguaje que nos une tan solo con tu mirada, y definitivamente comprendí que no existirán más noches sin lunas, oscuridad que me aterra por no sentirte a mi lado.
Sólo tú fuiste capaz de saber mirar para poder ver de mil maneras, mágico derroche de luz en tus oscuros ojos.
Para no apagar así mi vida, por favor, no vuelvas a cerrar tus ojos.
¿Acaso no eres consciente de lo que me inunda tu mirada?
Mírame una vez más de frente. Sólo una vez más para dejarme el recuerdo por siempre de tus negros ojos, estos que intuyo tan tristes a la par que bondadosos. Estos que me miran y me clavan y me hieren y me matan, y que no puedo olvidar.
¡Te adoro! Son tus ojos.

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Escribiendo

>> viernes, 27 de junio de 2008


Encontré la aguja en el pajar del asfalto,
creí ver lágrimas en los ojos de los ángeles,
error mío
pues los ángeles nunca aprendieron a llorar.
Por momentos mi día se llenó de luz,
el cielo azul de más azules,
los equívocos en ofrendas.
Y es que la aguja clavada en mi pie
me proporcionó dolor placentero,
orgasmo de tréboles de la suerte,
herraduras de caballos
olvidadas en lejanas colinas.
Podría amanecer mil veces en un solo día
y la perpetua sonrisa jamás moriría.
¡Es vida!¡Vivo!
canta en las noches de tormenta,
duerme cuando vele la luna.

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El sueño del bosque

>> martes, 10 de junio de 2008

Ella quedó dormida en el lecho de hojas, después de horas caminando por ese bosque tupido, donde la única luz que penetraba era la del reflejo de los ojos de los búhos. No desesperaba de encontrar algún día el rastro que la llevara hasta su amado.

.-Escribiría mil y un poemas por solamente tenerte cerca...

.-Y comentaría mil y una vez tus poemas por solamente dejar que me leas...

.-Pues... léeme siempre...y déjame tu rastro...

.-Siempre te leeré, siempre te dejare algún rastro, siempre estaré allí, viéndote desde lejos, desde algún bosque encantado o alguna estación de tren...

.-Te esperaré en el andén,o debajo de esos árboles...¡No tardes!

.-Trataré de estar allí, cruzaré los bosques, bajaré de las montañas, dejaré los páramos, llegaré a la estación...

.-Gracias.Sabía que no me fallarías...

.-¿Cómo fallarte?

.-No lo sé... a veces los andenes, están muy concurridos de personas...

.-Pero, ¿estarás tú allí? ¿Me esperarás?

.-Ya estoy allí... sentada... mirando a todos los lados para descubrirte...Quiero ver esa cara... la boca que me dice tan bellas palabras...Ya estoy aquí.... no tardes...

.-Volaré en el lomo del águila para llegar a tu lado lo más pronto posible. No dejes que el tren se vaya...

.-El tren y yo esperaremos juntos tu venida, a pesar de la multitud del andén.

.-Búscame entre el vapor de las máquinas...

.-¿Sabré reconocerte?

.-Llevaré el polvo del camino, el frío de los páramos y el reflejo del bosque plateado en mi mirada...

.-La mano que veas estirada, ansiando asirte, será la mía.

.-Tomaré tu mano con fuerza, no la soltaré; ella me llevara a ti, me devolverá al mundo real, me hará real para ti...

.-A tu lado, miraré a tus ojos... ellos me dirán...

.-Sólo un beso tuyo esperaré. Así sabré que eres tú...

Fue su sueño. Pero al despertar, la realidad era otra. Supo que no fue un sueño cualquiera. La luz del sol cegaba sus ojos. Sintió ese beso de buenos días en sus labios.
Ahora si, había encontrado la estela que le guiaba a él…

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Fragmentos

>> domingo, 8 de junio de 2008


Foto: Felipe Morín

Me dejé los sueños en aquel banco;
buscando amores encontré tristezas,
mas aún me queda media vida.
Estoy solo.
Se marcharon dejándome solo
con este saco lleno de mundo,
recordando lo que quería olvidar.

No, no calles.
Si estás necesito saberlo.
Merezco entender al fin,
si alguno de mis besos llenó tu boca,
si alguna de mis palabras
bordó tus sábanas.
Préstame la sombra
que tape la luz cegadora de mis ojos.

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Gato negro

>> lunes, 2 de junio de 2008


Son sólo maullidos de un gato,
negro como la noche,
observador
en lo alto del muro.
Y despierto permaneces
mirando
por la ventana que no cerraste,
y ves al gato
difuminado con la noche.
Brillan sus ojos
tal cual brillan tus lágrimas.
Y sonríes
recordando los mimos que perdiste,
la soledad que ganaste.
Y cuentan
que el gato fue hacia ti,
y desde entonces maúlla en tu ventana,
esperando
los brillos de tus lágrimas.

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