Enmiendas y remedios

>> domingo, 9 de agosto de 2009


Dos enmiendas.

Tres dolores de corazón

cuando la ignorancia es tan larga

como los horizontes de una vida.

Dos lágrimas, sólo dos,

como mares que ahogan fantasías.

Calles oscuras sin juegos de sombras,

figura ausente,

sentada sobre el bordillo de una acera,

pensándote,

seguramente doliéndote,

al igual que tú le doliste antes

después del segundo encuentro.

Dos remedios.

Ninguno permitido por su corazón.

Tres abanicos que calmaron

el sudor de su desgana.




7 comentarios amigos:

Alfonso Saborido 9 de agosto de 2009, 19:18  

Dos lágrimas como mares... a veces no sirve llorar tanto. YO sólo me fijo en la primera lágrima y si es única, me hace pensar mucho.

Diego A. Tejada Gamboa 9 de agosto de 2009, 19:43  

Maravilloso, sin palabras.-

El pobrecito hablador 10 de agosto de 2009, 16:20  

ME ha encantado como casi todo lo que haces

Omar Magrini 10 de agosto de 2009, 19:22  

Mario, hacía bastante tiempo que no pasaba a visitarte y veo que la calidad y la sensibilidad de tus palabras, no han cambiado, sino que se han enriquecido. Un afectuoso saludo.
Omar

* * * Adinel * * * 11 de agosto de 2009, 0:39  

"Dos remedios.

Ninguno permitido por su corazón."

sometime el corazon no nos deja olvidar!

Muy lindas tus palabras
Te sigo!

Terapia de piso 12 de agosto de 2009, 8:02  

La ignorancia es bondadosa, por eso es infinita.

Un abrazo.

José Roberto Coppola

© José A. Socorro-Noray 14 de agosto de 2009, 20:34  

Es una auténtica joya poética. Te felicito.

Un abrazo

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