Imágenes

>> jueves, 30 de septiembre de 2010


Me bastan dos de los cinco sentidos

para morir por un orgasmo

cuando mi tacto tantea tu piel

y huelo el vaho de una escasa distancia.

Quedé ya ciego

al mantenerte estoico la mirada

y sordo cuando pronunciaste mi nombre.



Al besarte,

me supiste a vida.

El pánico me sobreviene

si en un nuevo día no te recuerdo

o no te nombro,

o acaso el humo de un instante

me aparta del hilo que me une a ti.



Por besarte,

jamás me supieron ya otros besos.

Mis labios forman parte de la noche.




Read more...

Libro en blanco

>> martes, 28 de septiembre de 2010


Nada peor

que una palabra olvidada en un libro vacío,

sin hojas,

como un otoño incoloro.

Perdido.



Nada peor

que sea tu palabra,

aquella que me dijiste

y olvidaste

y yo recuerdo pero tú ya no deseas decir.



Lloro por esa palabra,

que se queda con el tiempo

seca de letras.




Read more...

Frases

>> domingo, 26 de septiembre de 2010

Las frases permanecen escritas, cientos de ellas,

y no me dicen nada.

Siento que piensas que estoy muerto,

y eso me entristece,

mientras sigo buscando una palabra que te defina.

Las imágenes imborrables de mi cabeza

siguen perdurando borrosas,

y tu presencia

me empapa la ausencia de hoy.



¿Por qué ese empeño

de que cada una de las dolorosas espinas de una rosa

se clave en tu hueco silencio?

¿Por qué ese empeño?

¿Acaso no recuerdas que la sangre

es roja?



Hoy, más que nunca,

me gustaría no ser yo,

y sentir como un día pudo también sentir una hoja verde

antes de caer del árbol,

o nadar perdido como nada el pez.



Read more...

Tabaco de liar

>> jueves, 23 de septiembre de 2010


Me quedan restos de aquello que no dije

y hoy envuelvo en trozos de papel cortado.



He resistido mucho tiempo

y tú mientras continúas liando tabaco hasta el amanecer.

Yo te miro.

Siento que hablo con el trigo

mientras la uva no termina de madurar.



Muchas veces me sentía muy mayor,

como si hubiera vivido toda mi vida,

como si ya la hubiera gastado.



Amanece,

y sigues liando tabaco

mientras mis ojeras crecen si te miro.



Y callo.



Read more...

Eco

>> miércoles, 22 de septiembre de 2010


Me pides

seguir viviendo creyendo amar,

cuando sólo vivo del recuerdo del amor.

Escucha el eco

¿no lo sientes?

Eco del amor.

Cual flor que necesita ser regada cada día

como gota que moja en noche de lluvia.

Eco.

Explosiva situación, réplicas de un revólver,

sólo amor.

Concepto noble. Palabras que un día se perderán.


No encuentro razones para hacerlo,

ni momentos para dejarlo.

Instantes plasmados en un solo día.


A Charlie, por regalarme palabras y enseñarme a regarlas.



Read more...

Saber despertar a tiempo

>> martes, 14 de septiembre de 2010


Despertar realidades,

no es malo.

Muchas veces pasamos demasiado tiempo dormidos

aunque los pies sigan caminando

a su ritmo,

tantos ratos pedidos.

Una ráfaga de aire bien frío,

no duele más que el golpe recibido sin esperarlo,

y despiertas

y ves que la realidad es tan cruda como siempre imaginaste.

Pero estás en ella

y morirás de incógnito en ella.



Recuerdo años maduros

cuando me asía a una infancia imperecedera.

Tenía unos ojos nublados

o acaso un pijama de rayas,

y creía en cuerpos incorruptos

o contrarias muertes a una vida.

Despertar de una realidad

es vivir más deprisa,

con tu dolor y tu angustia,

pero con una sonrisa estúpida

marcada en una cara ya demasiado arrugada.




Read more...

Lustrador de vidas

>> domingo, 12 de septiembre de 2010


Quemo palabras pronunciadas en el pasado,

crucé mesetas y bajé al desierto,

navegué por el húmedo océano

y pisé una nueva tierra.

Fui aprendiz

pero no debo nada a nadie

y acabo de convertirme en capitán de mi propio barco.

Mas cuando miro hacia abajo

¿por qué veo todavía en mis pies

las viejas zapatillas manchadas de barro

que enterré al principio del viaje?



Read more...

Caballero de La Mancha

>> martes, 7 de septiembre de 2010


Soñé con todo un caballero andante de La Mancha, luchador infatigable, de noble cuna, embarcado siempre en singulares batallas y algo aturdido su entendimiento por la extensa llanura.

Veía en éstas mis fantasías a todo un soñador aventurero, personaje virtuoso soportando sacrificios personales para conseguir sus ideales, cabalgando y blandiendo su espada en lo más alto. Siguiendo el sendero de color incierto, esperaba que no tardase algún día en rescatarme de mi tenue y fría celda.

Tanto mis sueños, como en cada una de las aventuras donde se luce en armas para ganar el amor de su dama, con él resultaban satisfactorias.



Siempre supe que era héroe, héroe de mis fantasías. Así lo supe desde la primera vez que aquellas gentes de La Mancha me hablaron de él. Me enamoré de cada una de las prendas que iba dejando olvidadas en aquel camino pedregoso, imaginando que sólo las perdía para mí.

Supo que yo entendí aquellos mensajes. Él no dudaba en que el destino encontraría la manera de que nuestros caminos confluyesen, a pesar que éste camino se componga de cientos de senderos. Pero él entendió como dejar un rastro para que yo le siguiera.

Y supe apreciar los sutiles mensajes que para casi todo el resto de andantes pasaban desapercibidos por la belleza del paisaje.



Fue en mis sueños cuando apareció por primera vez, cabalgando a lomos de un corcel blanco, ceñido en majestuosa armadura y susurrándome bellas palabras y versos al oído. Era al despertar y acercándome a mi ventana, cuando ya comenzaba a percibir el rastro de su aroma. Supe que de alguna forma, él sería mío.



Era en noches de luna, cuando mi caballero recitaba su poesía épica medieval, que no eran en realidad más que mis propios pensamientos. Se quitaba la armadura que le tiraba mucho en la sisa y oprimía su barriga, y bajo un cielo estrellado, cantaba todos sus lamentos, siendo éste cielo testigo de sus penosas aventuras en la continua búsqueda de nuestro amor.



Pero él desconocía que, en mis noches solitarias, en esos sueños míos, yo estaba a su lado escuchando esos lamentos perdidos y recogiendo cada una de las lágrimas derramadas. Así mismo ignoraba que, desde el primer sueño, mi ventana permaneció abierta en la noche para que fuese él, y sólo él, el que me rescatase de esa soledad que me embriagaba, mientras yo guardaba cada uno de esos lamentos convertidos en versos.



¡Cuanta ceguera encierra a veces la obsesión por la conquista! Incapaz de descubrir que, el aliento que de la noche obtenía no procedía de otro lugar sino de mí. Ciego ante el candil que permanecía en la ventana donde yo esperaba, donde el tiempo pasado no había anulado la esperanza, sabiendo que sus ánimos y el convencimiento de éxito en su conquista permanecían intactos.

Y yo prometí, que a pesar de la cercanía del invierno, mi ventana permanecería abierta cada noche en su espera. Y si algún día el candil se apagaba por el movimiento de la cortina mecida por el viento, a pesar de la oscuridad reinante, sabría reconocerlo.



Pido a los dioses que le guarden y le pongan a salvo de hechizos y encantamientos que le desvíen de su objetivo. Confío en su lucha para vencer al tiempo y evitar que el invierno extienda su frío manto blanco y le impida conseguir el abrazo por mí tantas veces soñado.



Permaneceré yo al final del camino esperándole. Tendrá en mí el refugio y descanso después de tan arduo camino. Y estará en sus manos el quedarse para siempre o simplemente ser yo posada temporal.

Pero si alguna vez decide marcharse mi amado caballero, no quiero despedidas. ¡Tan larga espera no soportaría un adiós!



Confío que el final del camino sea en realidad el principio de nuestro recorrido juntos, que arda en deseos de acariciar el calor del cobijo que yo le ofrezco. Que el cielo le guíe hasta mí y le de fuerza y fe para que nunca abandone su empeño.



Quiero creer que, aunque sólo sabe de mí por sus sueños, vea que soy real y que siento un inmenso orgullo por mi andante caballero. No fingiré desdén para probar la fidelidad de mi galán.

Soy consciente de que mis palabras le dan fuerza cuando le hablo cada noche, aliento para su espíritu. Aun así, temo esos malditos cantos de sirena, a pesar de que en nuestro último sueño, él me manifestó que los huecos del corazón no se valoran por su tamaño, sino por la importancia del sentimiento.

No has de dudar que ocupas un hueco privilegiado en mi corazón” -dijo.



Quizá yo sólo sea un personaje surgido de la nada que salgo al encuentro de mi héroe. Quizá sea un enemigo tan monstruoso como gigantes o dragones. Mi caballero de La Mancha, tan sólo necesitará tomarme de la mano para que deje de sufrir el hechizo del que he sido víctima.




Con la colaboración de Iñaki Romero


Read more...

¿Volverás?

>> jueves, 2 de septiembre de 2010


Me queda tanto por decirte,

que temo contaminarte…

¿Recuerdas aquel momento junto al mar?

Cada uno de tus suspiros

eran tormenta en alma dañada

sabiéndote persona intrusa,

pero amándote

tanto

como aquella ola llegó amar al océano.

Me pediste tiempo hasta mañana

y mi mañana se convirtió en ayer

y en un para siempre.



Desde entonces,

tus ojos ya no me tapan por las noches,

tus palabras se deshacen al salir de la boca

y tus halagos sonaron casi huecos.



Hoy vuelvo a nuestro mar,

para encontrar un ápice de compasión

o acaso palabras varadas en la arena.



Y allí quedaré

observando… la invisibilidad del viento.

No dejes que esto me duela…



Read more...

Escamas

>> miércoles, 1 de septiembre de 2010

Hoy me di cuenta que me estaban saliendo escamas en las manos. No creí que fuera por tocarte; de hecho, nunca te llegué a rozar.


Me mirabas con la misma incredulidad como la que produce el encontrarme nadando en un barreño rojo, y yo no entendía a que se debía esa mirada tuya clavada en las tijeras que tenía en la mano. Esos ojos tuyos, que tan comentados eran por su belleza…


Te observaba con la incertidumbre que yo creía estar produciendo en ti, no sabiendo si tirarme a tu cuello y besarlo o más bien clavarte las tijeras en la yugular.

Ya sé. Pensabas que estaba loco, repitiéndote constantemente palabras de amor, mientras por otro lado te amenazaba con unas tijeras.

Y no era cierto. Nunca te amenacé.


Ni tan siquiera me salían escamas.


No volví a hacerte caso y seguí limpiando pescado.



Read more...

  © Blogger templates Shiny by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP