Mi despedida a José Luis Martín Vigil

>> domingo, 25 de septiembre de 2011


Hoy quiero rendir homenaje a un amigo. Hoy quiero dar mi público adiós a un ser querido: José Luis Martín Vigil, escritor.


Quiero rendir homenaje a ese hombre que ha muerto en silencio y que nadie en nuestro país ha sido capaz de dedicarle unas páginas en su periódico, en los noticieros. Una persona tan célebre otrora y que, a pesar de dejar un extenso número de libros publicados, ha sido ignorado por esta sociedad nuestra en sus últimos años e incluso para dar la noticia de su muerte.


Quisiera conocer más palabras aún no dichas para dedicarle Yo a José Luis, para que supiera todo lo que él significó para mí.


Mi adolescencia estuvo marcada por las palabras que leía en sus libros. Él fue el único que me ayudó sin saberlo. Sus libros fueron mi refugio en esa difícil época de mi vida.


Y fue cuando terminaba mi treintena cuando al fin hablé con él e iniciamos esta apreciada y querida amistad.


Soy feliz de haber leído todos sus libros incluso los no publicados, soy feliz de haber formado parte de su vida. Y soy feliz sabiendo que al fin descansa.


Fue en marzo del 2009 cuando José Luis Martín Vigil y yo escribimos juntos en este blog: “¿Quién me dijo que éramos nosotros dos?” que os invito a recordarlo.



Y fue al final de su vida cuando, apenas ya sin fuerza, me mandaba mensajes tan tristes de despedida como los que copio a continuación:



- Sigo como la víspera. Esto también puede ir para largo. Nadie lo sabe. Yo me preparo para lo que venga. En esto de la muerte, como en todo, Dios es mi padre y tiene mano en el asunto.


Marito, un día irás a Dios como verás que intento hacerlo yo y te estaré esperando, si llego al cielo ante que tú.



.- Querido chico mío.

El despojo que voy sufriendo en todas las cualidades que un día disfruté es evidente. Sufro al padecer, no te lo diré pero escribir es padecer. Aquí si que podría decir Larra que escribir es llorar. Pero en esta vida cada cual debe asumir su ración y yo con la ayuda de Dios lo llevo bien.



.- Mi agonía será larga, penosa y no fácil. Seguramente venderé caro mi pellejo. Cada vez el acoso es más agudo, pero siento que mi salud está fuertemente instalada. No hay ninguna razón para los silencios más que mi debilidad, mis alucinaciones por las 25 pastillas diarias.

No te afijas Marito, esto estaba previsto y yo soy muy fuerte. LO IMPORTANTE ES QUE SEPAS que te quiero de verdad.






José Luis Martín Vigil (Oviedo 1919 - Madrid 2011) Escritor español. Licenciado Filosofía y Letras, Humanidades y Teología, cultivó fundamentalmente la novela. Deja títulos como: La vida sale al encuentro, Sexta galería, Réquiem a cinco voces, Un sexo llamado débil, Muerte a los curas, Cierto olor a podrido, El rollo de mis padres, Doce indeseables, El faro de barlovento, Un tal Marcos, Mi nieto Jaime, Habla mi viejo, Beatriz un caso aparte, Tres primos entre sí, Yo, Ignacio de Loyola, Iba para figura, Me llamo Tolo… y tantos más.



3 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 5 de octubre de 2011, 23:43  

Es seguro que descansará en paz un hombre bueno como él.


Lo siento mucho, Mario.


Un abrazo fuerte, amigo.

Anónimo 9 de octubre de 2012, 18:51  

Fuimos tantos quienes le conocimos en persona en una etapa tan crítica como es la adolescencia y nos la dostrozó! Secuelas que no conseguiremos, en el fondo, superar jamás, aunque algunos con suerte hemos aprendido a convivir con ellas a base de terapias psicológicas durante años. Hemos conseguido ser adultos "sanos" a pesar de todo. Tuviste la suerte de no tratarle cuando era más joven y en persona. Te envidio.

Anónimo 18 de febrero de 2013, 20:52  

He leido algunos libros y me encanto la forma de escribir .tengo 55años y el primer libro lo lei cuando tenia 16. Cierto olor a podrido.desde entonces lo tengo presente y nunca lo he olvidado

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