El MINI de color verde

>> lunes, 26 de diciembre de 2011


La calle de los lamentos se convirtió en plaza multicolor, algarabía, muchedumbre que portaba sonrisas en frascos transparentes para lucir la blancura del cambio.


Él, por fin percibió el olor. Justo después de desprenderse de la sábana que tapaba su cuerpo, le llegó un aroma hasta ahora desconocido.


- ¡Este año quiero oler la Navidad! –se dijo a sí mismo, sin saber siquiera que la Navidad tuviera olores.



Salió, se entremezcló con la gente, se puso unas gafas de sol para proteger sus ojos de la luz y comenzó a caminar sin rumbo alguno.


No se percató del coche que venía.


Un MINI de color verde le atrapó.



Cuando despertó, sintió mucho calor. Continuaba con las gafas de sol puestas, tapado apenas con una sábana y con un conato de silencio a su alrededor. Conato, porque no se oía voz humana, aunque los tubos de no sé qué cosa emitían un murmullo constante. Encima de la mesilla, tres libros.



Al rato entró y le preguntó:



- ¿Ya despertaste? El mundo ha dejado de evolucionar desde que callas. Y yo, sin tus palabras, sólo encuentro sosiego en el alcohol. Ahora, sonríeme y empecemos de nuevo. Al fin estamos juntos.



Nunca fue consultado, pero entendió que era la única manera de desaparecer y comenzar una nueva vida.



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