Libro amigo

>> miércoles, 29 de febrero de 2012


Déjame que te llame libro, amigo.

Permíteme pasar tus páginas

y así no peco si te amo.

Sabiéndote entre mis sábanas,

sintiendo tus letras de esta manera,

esta noche

sé que dormiré menos solo.


Cuando mis dedos acarician tu piel,

tus hojas al pasarlas,

cuando te leo,

te miro,

descubro aquellos que contaminan el CORAZÓN

y no ven en ti al encantador con sus palabras.

Nada obtienen ellos con engaños.

Y yo me enriquezco

sabiendo mirar las cosas,

una sonrisa,

leyéndote,

con aquello que siempre me acompañará

en tus cálidas páginas,

aunque solos nos encontráramos en la quietud de la noche,

en la soledad de unos brazos abandonados.


Amigo libro,

la claridad y la profundidad del pozo

que me ofreces entre tus hojas,

no se puede medir.

Ya me da calor en la noche.

Sólo hay que leerte para saber que dará agua

por mucho tiempo

para saciar mi sed y calmar mi ansiedad.

1 comentarios amigos:

Anónimo 1 de marzo de 2012, 19:45  

Llámame como quieras, pero llámame,
cógeme dónde quieras, pero ámame cuándo lo hagas
con esas manos deseosas de conocimientos
y esos ojos esperando saber.

Así estaré menos solo
sin pecar del olvido
de quién por delante de mi pasa
sin verme, sin leerme.

Sentir tus caricias bajo las sábanas de esta emoción,
sentir tu mirar dando vida a lo escrito,
para descubrir el CORAZÓN impreso en ellas
es lo que más anhelo cada noche cuando ya el sueño se adueña de ti.

Y lloro al ver la oscuridad entre mis páginas cerradas,
una vez más, con lágrimas de historias
que en mi noche, sobre la mesa, voy escribiendo para ti
para que mañana en la cama
no estés solo, sino acompañado
por la misma calidez que de ti recibo
como cuando entre tus manos me encuentro.

Amigo, que tan ávidamente devoras lo escrito
comprendiendo,
¿en qué mejores manos podré estar
si no es entre éste tu mirar y ésta tu sonrisa?

Dónde, como cada noche, desearía estar y no en esta soledad,
bajo la lámpara ya apagada, bajo el frío de la noche
con el sueño congelado de tu último mirar
dándome calor hasta el próximo despertar.

Libro.

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