Un para siempre

>> sábado, 31 de marzo de 2012


Sin tenerte,

aún sin mirarte frente a frente,

se me seca el aliento,

enmudezco y tiemblo,


Tantos años cerca

y que tenga que llegar la primavera para esperar el otoño,

y que mi lápiz dibuje un trazo de corazón

una y otra vez,

y que la tinta imite a la sangre,

y que manche el papel

y que me conmueva.


Ese empeño en amarte de lejos,

ese afán de guardar mi memoria de recuerdos,

conjurar eternamente lo que no tuve,

lo que soñé,

verbalizar en algún instante lo escrito.


Sé que te amaré hasta que vuelva a verte

y luego más,

y más todavía hasta un siempre,

aunque dudes de lo eterno

y ni siquiera sepa yo que existe.

1 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 4 de abril de 2012, 17:57  

¡Qué gran verdad ese conjuro!

A veces nos empeñamos en amar sólo lo que está lejos, sin importarnos lo que está a nuestro alrededor. Quizás porque la ausencia nos ata el corazón a la memoria y a nuestro propio sueño.

Un fuerte abrazo.

PS: Me hubiera gustado escribir este poema.

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