Aunque ya no esté

>> domingo, 24 de marzo de 2013



Recojo sus ánimos, limpio la cama y ventilo
después de velar y abrazar su cuerpo,
dejando mi rastro en su pensamiento
y diciendo un simple adiós.
No volveré. Tampoco me lo pide.
Nos dejamos
como los hijos dejan a los padres,
como la tormenta deja lluvia o
como deja el pan al hambre.
Nos dejamos sin más,
sabiendo que los recuerdos tan sólo duran
lo que uno quiera recordar,
sabiendo que las lágrimas tan sólo son agua
y se secan en verano,
sabiendo que nada es tan eterno
como la eternidad.
Fumo después de no hacer nada
y el humo permanece a mi alrededor queriéndome decir algo.
No pienso en el quizás,
ni en mañana,
ni tan siquiera en qué pasará cuando anochezca.
No me quedan más que unas monedas,
mis cigarrillos
y el resto de la vida por delante,
pero ya viví antes con menos.
Cierro la puerta y me marcho.

©Hisae 2013



2 comentarios amigos:

© José A. Socorro-Noray 24 de marzo de 2013, 14:45  

"Nos dejamos sin más,
sabiendo que los recuerdos tan sólo duran
lo que uno quiera recordar"



Estos tres versos son un verdadero canto a la ausencia. Me los llevo con tu permiso.

Un fuerte abrazo.

Anónimo 30 de junio de 2013, 6:43  

nololeas
nololeas

si lo leist publicalo a 5 pag sino tu mama morira en 3 dias no es juego es una maldicion

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